Puedes sentirte con más vitalidad… ¡pero ojo! No intentes recuperar en un día todo lo que no has hecho en meses.

También podrías experimentar somnolencia o fatiga, como si hubieras retomado el ejercicio después de mucho tiempo.

Escucha a tu cuerpo: duerme más, hidrátate y permítete descansar.

Es posible que aparezcan molestias como dolor de cabeza, mareos o sensación de fiebre, o incluso que se intensifiquen los síntomas por los que acudiste.

Esto es normal: los nervios estaban comprimidos y al liberarse recuperan sensibilidad, lo que puede resultar incómodo—como cuando se te “despierta” una pierna dormida.

Nervios que han estado presionados por años están volviendo a la vida.

A veces, antiguos dolores pueden reaparecer brevemente debido a la memoria celular.

Esto no es un retroceso, sino parte de un proceso natural: el cuerpo recuerda… ¡y se cura!

Algunos pacientes notan mejoría inmediata. Otros, no sienten ningún cambio al principio.

No te preocupes si no sientes nada: en tu interior ya se están activando procesos de regulación, equilibrio y recuperación.